Honor your Father and Mother
Dear Friends in Christ,
Last week, we celebrated All Saints’ and All Souls’ Days to honor our ancestors who have died. In this pastoral letter, I would like to call upon sons and daughters, who still have their parents alive, to oblige them to fulfill the fourth commandment God has commanded, “Honor your father and mother” (Exodus 20:12).
First, honoring our parents pleases God. The root meaning of “honor” is “to be weighty.” Thus, we are to treat each parent as a “weighty” person in family, as someone who is important and worthy of respect. The Bible says that disobedience to parents will be prevalent in the days before the return of Christ: “People will love only themselves and their money. They will be boastful and proud, scoffing at God, disobedient to parents, and ungrateful. They will consider nothing sacred” (2 Timothy 3:2). Doesn’t this describe what is happening today? On the other hand, the Bible celebrates children who honor their parents. Proverbs says, “A wise child brings joy to a father.” “Only a fool despises a parent’s discipline; whoever learns from correction is wise.” We have no excuse not to honor our parents until their deaths. That is the responsibility God has given us as sons and daughters. We please Him when we obey the fourth commandment.
Second, honoring our parents benefits our own well-being. Jesus uses the parent-child relationship as the root of many of His parables. The prodigal son is nothing more than a tale of a boy who dishonors his father and brings severe consequences upon his life. The prodigal son fell into ruin. His life was a disaster. He was not mature enough to handle his inheritance. Fortunately, the forgiveness and love of the father overcame the son’s lack of respect.
Third, honoring our parents leads to God’s promise of a long, full life. The fourth commandment carries a promise that says, “Then you will live a long, full life in the land the Lord will give you” (Exodus 20:12). For some sons and daughters, obeying the fourth commandment is easy because their parents are loving and fair. Other children have more difficulty because their parents do not fulfill their roles in a good way. But all of us can honor our parents regardless of our circumstances. There are several biblical principles for honoring your parents in positive and negative situations. We must honor our parents by forgiving them. No doubt all of us have been hurt and disappointed by our parents at one time or another. It is to be expected because they are human. They are far from perfect, they make mistakes. All parents do. But this is no excuse for disobeying the fourth commandment. We must forgive our parents in these situations because we will be forgiven to the extent we forgive others.
In spite of all their flaws and faults, most parents have tried, to the best of their abilities, to raise their children right. All that most parents want in return is love and respect. We honor them when we love them, give them support, and talk to them. Loving actions are as necessary as words. Do something every so often to honor your parents. Every few weeks do something for them to show your love for them. Wash the car, clean the house, make dinner, or schedule a lunch date or a day together hiking, shopping, or going to the movies. The Bible says we reap what we sow. When you honor your parents, you in turn will be blessed.
Your Friend and Pastor,
Fr. Linh Nguyen
Queridos amigos en Cristo,
La semana pasada, celebramos los Días de Todos los Santos y Todas las Almas para honrar a nuestros antepasados que han muerto. En esta carta pastoral, quisiera hacer un llamamiento a los hijos e hijas, que todavía tienen vivos a sus padres, para que los obliguen a cumplir el cuarto mandamiento que Dios ha mandado: “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12).
Primero, honrar a nuestros padres agrada a Dios. La raíz del significado de “honor” es “ser pesado”. Por lo tanto, debemos tratar a cada padre como una persona “pesada” en la familia, como alguien que es importante y digno de respeto. La Biblia dice que la desobediencia a los padres prevalecerá en los días previos al regreso de Cristo: “Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán la religión.” (2 Timoteo 3:2). ¿No describe esto lo que está sucediendo hoy? Por otro lado, la Biblia celebra a los niños que honran a sus padres. Proverbios dice: “El hijo sabio alegra a sus padres”. “El necio desprecia la corrección de su padre; el que la atiende, demuestra inteligencia”. No tenemos excusa para no honrar a nuestros padres hasta su muerte. Esa es la responsabilidad que Dios nos ha dado como hijos e hijas. Le agradamos cuando obedecemos el cuarto mandamiento.
En segundo lugar, honrar a nuestros padres beneficia nuestro propio bienestar. Jesús usa la relación padre-hijo como la raíz de muchas de Sus parábolas. El hijo pródigo no es más que la historia de un niño que deshonra a su padre y trae graves consecuencias sobre su vida. El hijo pródigo cayó en la ruina. Su vida fue un desastre. No era lo suficientemente maduro como para manejar su herencia. Afortunadamente, el perdón y el amor del padre superaron la falta de respeto del hijo.
Tercero, honrar a nuestros padres conduce a la promesa de Dios de una vida larga y plena. El cuarto mandamiento lleva una promesa que dice: “Entonces vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios” (Éxodo 20:12). Para algunos hijos e hijas, obedecer el cuarto mandamiento es fácil porque sus padres son amorosos y justos. Otros niños tienen más dificultades porque sus padres no cumplen con sus roles de una buena manera. Pero todos nosotros podemos honrar a nuestros padres independientemente de nuestras circunstancias. Hay varios principios bíblicos para honrar a tus padres en situaciones positivas y negativas. Debemos honrar a nuestros padres perdonándolos. Sin duda, todos nosotros hemos sido heridos y decepcionados por nuestros padres en un momento u otro. Es de esperar porque son humanos. Están lejos de ser perfectos, cometen errores. Todos los padres lo hacen. Pero esto no es excusa para desobedecer el cuarto mandamiento. Debemos perdonar a nuestros padres en estas situaciones porque seremos perdonados en la medida en que perdonemos a los demás.
A pesar de todos sus defectos y faltas, la mayoría de los padres han intentado, en la mejor parte de sus capacidades, criar bien a sus hijos. Todo lo que la mayoría de los padres quieren a cambio es amor y respeto. Los honramos cuando los amamos, les damos apoyo y hablamos con ellos. Las acciones amorosas son tan necesarias como las palabras. Haz algo de vez en cuando para honrar a tus padres. Cada unas cuantas semanas haz algo por ellos para mostrar tu amor por ellos. Lavar el auto, limpiar la casa, hacer la cena o programar una cita para almorzar o un día juntos caminando, comprando o yendo al cine. La Biblia dice que cosechamos lo que sembramos. Cuando honras a tus padres, tú a su vez serás bendecido.
Su amigo y párroco,
Padre Linh Nguyen