Carta pastoral para en corazón latino

Queridos Hermanos y Hermanas Hispanos de Santa Rosa:

La primera lectura de este domingo (Proverbios 9:1-6) nos habla de la sabiduría, un tema fundamental para nuestras vidas. Imaginemos la Sabiduría como una abuela amorosa, invitándonos a todos a una gran fiesta familiar. Nos dice: “Vengan, crezcan en entendimiento y fe”.

Sabemos que la vida en este país puede ser desafiante. Muchos de ustedes trabajan largas horas, cuidan de sus familias y se esfuerzan por mantener vivas sus tradiciones. Es en estos momentos cuando la sabiduría de Dios es más necesaria.

La familia Rodríguez enfrentaba tiempos difíciles. Don José había perdido su trabajo, y Doña María estaba preocupada por cómo pagarían el alquiler. Su hijo mayor sugirió que dejaran de dar su ofrenda dominical para ahorrar dinero.

Después de reflexionar y orar, Don José dijo: “Nuestra fe y nuestra comunidad son más importantes que nunca. Seguiremos confiando en Dios y apoyando a nuestra iglesia”.

Esa semana, a través de un miembro de la parroquia, Don José encontró un nuevo trabajo, incluso mejor que el anterior. Su fidelidad y sabiduría no solo ayudaron a su familia, sino que inspiraron a toda la comunidad.

Esta historia nos muestra que la sabiduría a menudo significa tomar decisiones difíciles basadas en nuestra fe y valores. Para cultivar la sabiduría en nuestras vidas diarias, es importante que busquemos consejo en las Escrituras y en la oración, aprendiendo constantemente de nuestras experiencias. Debemos también confiar en la sabiduría de nuestros mayores y de la comunidad, reconociendo que sus vivencias son una fuente valiosa de conocimiento. Al mismo tiempo, es crucial mantener la mente y el corazón abiertos a nuevas perspectivas, permitiéndonos crecer y adaptarnos a los desafíos que enfrentamos. De esta manera, podemos desarrollar una sabiduría profunda y práctica que nos guíe en todas las áreas de nuestra vida.

Su presencia aquí en la Misa es un acto de sabiduría. Es un momento para conectarse con Dios, reflexionar sobre sus vidas y ser parte de algo más grande que ustedes mismos.

Sé que enfrentan muchos desafíos: largas jornadas de trabajo, preocupaciones por la familia, tanto aquí como en sus países de origen, y el esfuerzo por adaptarse sin perder sus raíces. Pero recuerden, no están solos. Dios está con ustedes, y esta comunidad parroquial también.

Que la sabiduría de Dios los guíe en cada aspecto de sus vidas: en su trabajo, en sus hogares y en nuestra comunidad. Sigamos creciendo juntos en fe y entendimiento.

Que Dios los bendiga,

P. Linh

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